"TAZ. Zona Temporalmente Autónoma" de Hakim Bey

          El texto de Hakim Bey hace referencia a redes o zonas que se caracterizan por su independencia de la política. Estas redes existieron en el pasado y se imaginan en un futuro, pero ¿existen actualmente? El autor las denomina TAZ (zona temporalmente autónoma).  El TAZ es una revuelta que salta por encima del tiempo, no se engancha con el estado, para disolverse y volverse a crear en otro lugar, en otro tiempo. Se aleja de la idea de que ningún centímetro de tierra está liberado de vigilancia o impuestos.

            Así pues el TAZ es un mundo paralelo, libre, alejado de normas y leyes políticas, donde la información fluye sin censura. Actualmente se construye en la red, internet, aunque no está totalmente desarrollado. Comparte ciertos puntos en común con el texto de W. Benjamin, cuando alude a una transferencia de datos libres que puede interpretarse como piratería, pero que en realidad se convierte en algo positivo y crea estas zonas temporalmente autónomas, donde prima la comunicación de ideas y donde se crea una banda, un grupo de personas que no están sometidas a políticas exteriores y que simplemente son nómadas en la red buscando contenidos sin censura y libres.

            Fuera de esta red, puede que también existan o se creen estas zonas (TAZ) utópicas pero al fin y al cabo sólo son realmente eso, utopías, difíciles de encontrar en esta sociedad sometida y guiada por elementos que nos influyen directa o indirectamente, y que nos aleja del concepto de banda a la que se refiere Hakim Bey, para convertirnos en manadas.

            El texto es realmente interesante y esperanzador. La creación de TAZs se convierte en algo necesario, en una vía de escape, en un nuevo mundo anarquista que puede llegar a liberarnos. Internet o al  menos parte de ella (el Web como se menciona en el texto), es la clave y según el autor sólo debemos esperar que el tiempo le dé la razón.

    
 

           

"La pregunta por la técnica" de M. Heidegger.

                El texto recompone la figura del artista. Como el discurso marca nuestras experiencias. Estas experiencias, como las vamos acumulando y como las queremos transmitir nos mantiene como artistas.

            El texto es bastante complicado y lioso, y a la pregunta por la técnica, el autor nos responde con la esencia de esta, pero ¿qué es la esencia de la técnica?, a partir de aquí Heidegger comienza a encadenar conceptos y nombra cuatro causas básicas de la esencia:

-          Lo material.

-          Lo formal.

-          La finalidad.

-          El efecto que produce.

Entendemos pues que para la búsqueda de la esencia necesitamos la deconstrucción del elemento. La esencia es una vía para sincronizar con. Es la búsqueda del principio activo de los elementos.

El hombre, por ejemplo, lo hace y ha obtenido de muchos elementos su esencia para sentirse mejor, para sanarse, etc. Se me ocurre el caso de la manzanilla o la tila para relajarse. De esta manera vamos a encontrarnos principios activos para nuestro bien, y estando bien comprendemos mejor la realidad, nuestro alrededor, por lo que se puede convertir incluso en un bien cultural.

Heidegger concluye con “la esencia de la técnica señala al misterio de todo hacer salir lo oculto […] la meditación esencial sobre la técnica y la confrontación decisiva con ella tiene que acontecer en una región y esa región es el arte”. Así pues el artista relacionado con la técnica, relacionado con la esencia, se relaciona con el salir de lo oculto, con el traer hacia delante, algo que por supuesto puede alterar al público, puede alterar su orden. Quizás por eso, para Platón , el artista está fuera de la República.

"La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica" de Walter Benjamin.

Las nuevas tecnologías hacen posible que la obra artística llegue a todos los usuarios medios, por lo que su propagación está garantizada. Por el contrario está la piratería, problema más conocido y actual. Pero  ¿realmente esa piratería se puede considerar un robo del hecho artístico?

            Como dice Stallman en su libro “Sofware libre para una sociedad libre”, no podemos considerarlo así ya que sigue existiendo la copia primera. Lessing en su obra “Cultura libre” expone la siguiente pregunta “¿quién dijo que una obra de arte es de su creador?”. Con ambas reflexiones coincido plenamente ya que considero que la llamada piratería es algo positivo: nos permite ampliar nuestros horizontes y conocer la obra del artista que además llega a cualquier rincón del planeta y eso para nada puede considerarse como algo negativo o como un problema.

            Las sociedades avanzan a lo largo de la historia y no podemos dejar de lado este hecho y desaprovecharlo. Esto obliga al productor artístico a ir de la mano con este inevitable avance y no estancarse, así pues debe ofrecer algo que supere lo suficiente a aquello que está publicado de forma gratuita y de fácil acceso en los medios de producción, reproducción y comunicación pública: Internet.

            Algunos sectores de la industria se adaptan a este cambio y ofrecen además del producto otras alternativas para procurar su venta. Existen discos musicales que se venden en lápices de memoria y no en cd´s, por lo que además de hacerte con la música que te gusta obtienes un dispositivo de almacenamiento de datos por el mismo precio. Otros grupos permiten descargar el disco directamente desde su web personal. Pero en general la industria se opone a toda esta nueva tecnología y rechazan la piratería basándose en las leyes de copyright e imponiendo un canon al precio de los discos de almacenamiento de datos, incluso demandando las descargas realizadas por los usuarios.

            Como ya he dicho todo esto me parece un grave error ya que el productor artístico cuenta con un sinfín de medios revolucionarios para difundir la obra, que será conocida por un gran sector de la población mundial, debe adaptarse a estas nuevas tecnologías y aprovechar todas sus posibilidades, deben adaptarse al s. XXI, adaptarse o morir.